martes, 31 de marzo de 2015

Radiografía de las Cholitas Luchadoras de Bolivia

Por la noche, Reyna Torres se sienta en casa de sus padres, cosiendo a mano un agujero que se arrancó en su pollera al principio del día.

Reyna saltó la cuerda de un ring de lucha libre en el aire y en el pecho de su oponente durante una pelea. Todos los domingos por la tarde en la ciudad boliviana de El Alto, la "ciudad alta" que da a la capital de La Paz, cientos de bolivianos y turistas se alinean en la puerta de un complejo deportivo para ver un grupo de mujeres que luchan. Se las conoce como las mujeres Cholitas Luchadores de lucha cholitas-indígenas con el pelo trenzado que dan colorido multicapa a sus polleras y bombín.

En 2014, el reportero gráfico Eduardo Leal se aventuró a El Alto para comprender mejor los estilos de vida de las cholitas, tanto dentro como fuera del ring.

El Alto tiene una población de más de 1 millón de personas, y con frecuencia había sido llamado la más pobre hermana ciudad de clase trabajadora de La Paz. Pero en los últimos años El Alto ha visto un leve aumento en la riqueza con la apertura de nuevas tiendas a medida que aumenta la economía de Bolivia.

Para la recreación en la ciudad en expansión, un grupo de mujeres comenzó a crear un círculo de luchadoras inspirados por la famoso lucha libre de México. Cada domingo, las mujeres descienden en un complejo en El Alto y ponen en un espectáculo teatral, la lucha libre y recibiendo golpes duros, tirones de pelo, y saltando por el aire, a la vez que se visten con pollerass y chales de colores.

Las mujeres también se han convertido en un grupo de hermanas, que opera a través de una asociación que formaron en 2011 que mantendría a todos los responsables, no sólo a los promotores para asegurar que cada uno reciba un trato justo y compensación. La organización se formó a partir de una respuesta a un luchador y promotor quien primero tuvo la idea de crear las cholitas y las puso en el ring para atraer al público. Los combatientes comenzaron a sospechar de la creación de un monopolio en el deporte, y teniendo un gran porcentaje de sus ganancias.

Una mujer normalmente entrena por un año antes de convertirse en una cholita luchadora y que sea capaz de luchar en el ring. La recompensa por ser una cholita luchadora es a menudo más en forma de la fama y un cierto nivel de notoriedad en la comunidad que en dinero. La mayoría de los combatientes llevan a casa poco más de $ 20 a $ 30 en cualquier domingo. Sin embargo, algunos han utilizado la fama utilizado para obtener puestos de trabajo tradicionalmente reservadas a los hombres como ser policías de tránsito, de trabajo en la televisión, o para ejercer cargos.

Whasingtonpost



El Hijo del Santo devela su tienda

Ayer mi amigo Frank Pérez volvió a la Tienda del Hijo del Santo, pues tenía que comprar otras cosas, el Hijo del Santo todavía estaba en su Tienda, y como realmente estaba muy agradecido con todas las atenciones que el Hijo del Santo había tenido con el, deseo hacerle un presente y le obsequió una muy bonita Chamara Venezolana, la cual el Hijo del Santo agradeció mucho y de inmediato se la puso, realmente un muy bonito detalle el de mi amigo Frank para con el Hijo del Santo, sabemos que el hijo del Santo aprecia mucho esto y lo recordará siempre, así como nosotros lo recordamos a el. Hay les dejo las fotos como evidencia de lo aquí comentado.

Capuchas

Sayuri tiene un reto complicado en México

La japonesa Suyri defendió con éxito el Campeonato Mundial Femenil del CMLL el pasado 25 de marzo en su tierra natal, Silueta falló en su intento de recuperar el cetro para México. Ahora, la también campeona de kick boxing está en tierra azteca teniendo como objetivo demostrar por qué sigue reinando.

Ésta es la segunda ocasión en que Syuri se presentará en el Consejo Mundial de Lucha Libre, y sólo tiene en mente regresar como Campeona.

“Antes de luchar contra Silueta ya se había anunciado mi regreso al CMLL, ya había la fecha, por lo que perdiera o ganara iba a regresar a México, por eso tenía mucha presión; si perdía regresaría derrotada, por eso tuve que hacer hasta lo imposible por ganar, no podía perder”, aseguró la japonesa.

Sobre Silueta como rival comentó: “Es sangre nueva del Consejo Mundial, estoy segura que será una gran estrella mundial en poco tiempo, además he visto su trabajo desde que inició la empresa REINA, por eso me gusta luchar con ella y espero encontrarla pronto”, dijo.

Además sus objetivos en México son claros, “quería regresar como Campeona y lo hice, ahora quiero exponer este cinturón en México para demostrar por qué lo tengo; no tengo alguien en particular que me interese enfrentar, todas son grandes luchadoras y con cualquiera sería una gran lucha, aunque es técnica me gustaría enfrentar a Marcela, porque es una gran luchadora a la que admiro”.

Syuri es todo una guerrera, y sabe que desde siempre la lucha libre mexicana y japonesa está ligada estrechamente, en julio próximo se cumplirán 80 años de que el CMLL, antes Empresa Mexicana del Lucha Libre, presentó lucha libre femenil por primera vez en México, y ella se siente orgullosa de ser parte de la historia.

Sé que desde hace mucho tiempo México tiene lucha libre de mujeres y muchas grandes japonesas han venido a triunfar aquí, yo estoy feliz porque soy parte de esa historia de 80 años, y quiero ser recordada por todos como la mejor”, finalizó Syuri.

CMLL

sábado, 21 de marzo de 2015

Muerte de Hijo del Perro Aguayo conmociona a la fanaticada de la lucha libre mundial

CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 21, 2015.- El luchador Rey Mysterio lamenta la muerte del Hijo del Perro Aguayo, ocurrida la madrugada de este sábado luego de una lucha en la que ambos participaron, en Tijuana, Baja California.

Apenas se formaba una amistad de hermanos que empezó años atrás y no deberíamos cuestionar los designios de Dios, escribió el ex luchador de la WWE en su cuenta de Twitter, @reymysterio.

Pero en esta ocasión me preguntó por qué y no lo entiendo, te extrañaré y te llevaré conmigo el resto de mi vida. Descansa en paz Hijo del Perro, expresó.

Durante las acciones realizadas en el Auditorio Municipal de Tijuana, el hijo del Can de Nochistlán sufrió un golpe en el filo del ring, lo que provocó que perdiera el conocimiento y minutos más tarde la vida.

Con todo el respeto del mundo mi más sentido pésame para la familia Aguayo, le pediré a Dios que los llene de fortaleza y resignación, agregó.

Finalmente, subió una fotografía donde están él y el perrito hace muchos años, y acto seguido escribió tuve el privilegio de compartir por primera vez un ring con el Hijo del Perro Aguayo en su debut.

Noticieros Televisa


El Hijo del Perro Aguayo muere tras pelea con Rey Mysterio Jr.

(CNNMéxico) — El luchador El Hijo del Perro Aguayo, de 35 años de edad, murió la madrugada de este sábado tras una pelea realizada en Tijuana, Baja California en la que recibió un fuerte golpe.

La AAA, empresa para la que trabajaba, confirmó el fallecimiento a través de su cuenta de Twitter.

El luchador se encontraba peleando la noche del viernes en el Auditorio de Tijuana ante Rey Mysterio Jr. cuando recibió una patada en el cuello que lo dejó inconsciente.

Un video del evento, difundido a través de redes sociales, muestra como El Hijo del Perro Aguayo queda tendido sobre las cuerdas mientras personal llega a moverlo sin obtener una respuesta. Mientras tanto, la pelea entre otros luchadores continúa.

Minutos después se ve a personal atendiéndolo y sacándolo del ring sobre una tabla, que usaron como camilla improvisada. El luchador fue trasladado a un hospital cercano debido a un traumatismo cervical, informó Mediotiempo.com.

Poco después la AAA confirmó la muerte.

Descartan negligencia en muerte del luchador

El presidente de la Comisión de Box, Lucha Libre y Kickboxing de Tijuana, Juan Carlos Pelayo, descartó este sábado que hubiera negligencia médica en el fallecimiento de El Hijo del Perro Aguayo e indicó que se hizo todo lo posible para salvarlo, según un reporte de la agencia Notimex.

Pelayo manifestó que al momento del incidente intervinieron Mario Fuentes, la doctora Teresa Sánchez y llegó Ernesto Franco, el doctor en turno, “quien venía de estabilizar a unos luchadores” y luego lo estabilizaron con una cánula para darle los primeros auxilios.

Tras sacar al luchador en camilla lo trasladaron al hospital del Prado, “donde fue ingresado al lado de urgencias, donde después de darle todas las atenciones no hubo respuesta cardiológica ni neurológica y se dio el fatal desenlace, se le dieron los mejores servicios”, añadió.

Por separado, el médico de la comisión, Ernesto Franco, lamentó el desenlace fatal, pero aseguró que se hizo todo lo posible por salvarlo.

Todo fue “a raíz de un golpe que tuvo en la región cervical, se le hicieron todas las maniobras de resucitación posible, estuve con él por alrededor de una hora intentarlo reanimarlo. Se le hizo una resonancia magnética para descartar cualquier otra cosa”, aseveró.

Recordó que en el momento del accidente de Pedro Aguayo, se encontraba atendiendo a otros dos luchadores lesionados, y dijo que sacar al luchador de inicio en una tabla de triplay fue por practicidad.

“No obstante eso se le dio la atención inmediata, si se le sacó en un triplay fue por cuestión práctica porque lo teníamos ahí a la mano y lo que queríamos era rapidez, ya en el túnel lo cambiamos a la camilla para llevarlo a la ambulancia”, comentó.

CNN México

miércoles, 18 de marzo de 2015

Carmen Rosa: Entre el almuerzo y las patadas voladoras

Un buen golpe de zurda no es garantía de nada. Y eso bien lo sabe Carmen Rosa. En los años 70, Mohamed Alí ascendió a los olimpos del boxeo tras encarar riñas dramáticas, como la que le enfrentó a George Foreman en Kinshasa, la capital del antiguo Zaire —hoy República Democrática del Congo—, y ahora padece una vejez pisoteada por el Parkinson, que le ha privado del habla. Carmen Rosa, de 45 años, también es desde hace tiempo una todoterreno de los cuadriláteros, pero la fama y los aplausos no le han asegurado el plato de comida diario. Y se ha visto obligada a abrir una pensión a unas cuantas cuadras de la Línea Amarilla del teleférico de El Alto para que las cuentas salgan.

Carmen Rosa se llama en realidad Polonia Ana Choque Silvestre, pero son muy pocos los que la conocen por ese nombre radiactivo. “Tú tienes cara de Carmen Rosa, no de Polonia, me dijo hace poco un policía mientras realizaba algunos trámites”, se ríe. Su local —donde acabamos de acomodarnos— está decorado con máscaras de tela y afiches que publicitaron pugnas estelares en el pasado, y me recuerda a las tabernas españolas adornadas con grandes carteles que promocionan corridas de toros. De lunes a viernes, a la hora del almuerzo, Carmen Rosa ofrece platillos típicos: fricasé, fideo con maní, chicharrón de cerdo”, enumera. Y la presión que soporta es muy parecida a la que sufre entre las tres cuerdas: aquí el punto de sal es el equivalente a una patada voladora.

Carmen Rosa jamás se ha cubierto el rostro para afrontar una batalla. Es más: suele subirse al ring con una intensa capa de maquillaje que resalta sus facciones aymaras. Y sus señas de identidad son las trenzas y la pollera. “Siempre me ha gustado rescatar nuestra cultura y siempre he estado muy orgullosa de ser cholita. Yo no me visto así para disfrazarme”, asegura. Cuando pelea, se desprende de sus aretes, de su faja, de su mantilla y de su sombrero. “Me siento más cómoda con todo fuera”, bromea.

Carmen Rosa —a quien he visto protagonizar saltos espectaculares— jamás se ha roto una costilla, ni siquiera una falange tras un movimiento brusco. Sus heridas de guerra apenas fueron rasguños momentáneos y circunstanciales que levemente le robaron algo de sangre, y lo que le derrota lentamente cuando acaba una contienda es el dolor de cabeza, que atenúa gracias a un remedio casero que elabora con coca, alcohol y romero.

El cinturón que acredita a Carmen Rosa como campeona de lucha libre está hecho de estaño y cobre y es rojo y brilloso. “Se lo debo a la gente”, me dice mientras lo acaricia, y luego mira de reojo hacia un costado para observar a los primeros clientes que han llegado en busca de los primeros guisos calientes. Para una cachascanista como ella, el cinturón lo es todo: la victoria, el poder, la gloria. Y cuando sostiene el suyo en alto como una vedette (minutos antes de sus duelos salvajes) se siente como en una película.

El ruedo político

Carmen Rosa considera que lo embarazoso no es besar la lona cada vez que alguna de sus retadoras le pilla desprevenida (tras un mal giro o tras algún tropiezo absurdo), sino acomodarse una y otra vez a otras rutinas más cotidianas. “Cuando estoy en casa, lavo, plancho, cocino y administro plata —detalla—. Y eso es lo que me mata”.

Esta profesional de los piquetes de ojo y de las llaves semiacrobáticas es además —a su manera— una especie de nómada. Su osadía le llevó de viaje a Nueva York, y también, de gira el año pasado por algunas de las poblaciones más remotas de Bolivia. En este último caso, por invitación de Wálter Tataque, una mole de 2,25 metros de altura y otros tantos de humanidad que ha sentado cátedra como púgil desenmascarado.

En algunas de las comunidades que visitaron, el mayor espectáculo del altiplano era recibido como si llegara el circo. Carmen Rosa entonces no dudaba en remangarse para montar la estructura sobre la que luego se zurraban a mamporrazo limpio. “A mí, nunca se me han caído los anillos por agarrar una tabla”, comenta. Y después recuerda que a veces regresaba completamente abatida. “En algunos lugares tenían una linda cancha sintética, pero carecían de conexiones de agua, y eso me entristecía muchísimo”.

Mientras me lo cuenta, su mente parece estar muy lejos de su restaurante y de las sillas que nos rodean, de estas sillas tan similares a las que utiliza a veces para reventar espaldas. Y antes de marcharse anuncia que ha decidido entrar al ruedo político. Lo hará de la mano de Felipe Quispe, el Mallku, un exguerrillero de tez cetrina tan ducho en el arte de esquivar sopapos a mansalva como ella; y tendrá que aniquilar a su personaje para cumplir su sueño: la ley le obliga a figurar en las papeletas oficiales como Polonia.

La Razón

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