martes, 27 de septiembre de 2016

Cholitas luchadoras, muñecas y sus historietas

Transcurrían los primeros años del siglo XXI cuando para algunas mujeres de pollera cambió para siempre el concepto de lucha libre en Bolivia. Ellas conquistaron a fuerza de destreza un territorio dominado por hombres, y hoy su presencia dentro del cuadrilátero es un atractivo turístico internacional. Su poderío inspiró la creación de personajes y una historieta que pretende luchar contra la violencia hacia la mujer.

El arquitecto e ilustrador Boris Zuazo Meneses creó dos muñecas inspiradas en las cholitas cachascanistas: Lady Virlocha y Rudolfa. Ambas aguerridas combatientes en el ring representan, para su hacedor, a la mujer fuerte e independiente. Cuando termina el combate, sus heroínas tienen una vida que conlleva responsabilidades a pesar de las lesiones deportivas.

Más allá de hacer simples souvenirs decidió que, como las de carne y hueso, debía enfocarse en la valía y fortaleza que demuestran estas mujeres en una sociedad en donde la violencia contra la mujer y los feminicidios son moneda corriente.

El Observatorio de Exigibilidad de los Derechos de las Mujeres de la Defensoría del Pueblo informó que hasta el 5 de marzo de 2016 se registraron 20 feminicidios en Bolivia. Sin embargo, desde esa fecha alrededor de una decena de nuevos casos han sido registrados por los medios de prensa de todo el país.

Con esa premisa empezó a trabajar en la historieta Agárrate si puedes que cuenta cómo Lady Virlocha y Rudolfa tuvieron que superar situaciones de violencia de género desde la niñez. Zuazo espera presentarla en septiembre en el marco de la Feria Internacional del Libro de La Paz.

"Siempre he considerado que se puede educar a través de los muñecos, para mí tienen un fin didáctico. Las cholitas cachascanistas han nacionalizado la lucha libre y son valiosas en una realidad contemporánea plagada de feminicidios, machismo arraigado y una fuerte sexualización de la imagen de la mujer. Ellas luchan en el ring, pero también en la vida”, detalla Zuazo.

Su posición coincide con la de varias cholitas luchadoras que en el pasado se han pronunciado en contra del machismo.

Desde 2012, este arquitecto ha fabricado alrededor de 20 muñecos de tela relacionados a los saberes ancestrales de la cultura andina y el folklore boliviano bajo la marca El Muñeclon. Fabricó un kallawaya que en su interior guardaba diferentes hierbas que se utilizan desde tiempos milenarios para el tratamiento de dolencias.

Los muñecos se pueden adquirir en las ferias dominicales en El Prado donde también se venden los moldes para que cada persona puede rellenar, cocer y dar forma al personaje de su elección.

Página Siete


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