martes, 8 de noviembre de 2011

Historias de las Máscaras entre ellos el legionario Mil Máscaras

Un análisis sociocultural de las máscaras en la historia de la lucha libre por Dante Damián Rodríguez, Mexicali BC, columnista del Diario la Crónica de BC.

Apareció por vez primera en 1933 en Norteamérica, un luchador con un raro tipo de antifaz, que respondía al nombre de Jim Atts el 7 de noviembre de ese año. Masked Marvel surgió un mes después en el Madison Square Garden de Nueva York, capucha con una calavera pintada en el frente. En todo el mundo ellos fueron los primeros luchadores con un complemento de la vestimenta que se propagó entre la comunidad de gladiadores, de manera socorrida y acentuada.

En nuestro país, contrario a lo que se sabe de la historia por decir "oficial", no fue Gordon "el Ciclón" Mackay (quien se ocultó bajo el nombre de "la Maravilla Enmascarada") el primer encapuchado en tierras mexicanas, pero sí el primero con categoría. Luis Núñez con el mote de "El Enmascarado" tiene ese capítulo a su favor. Este mismo hombre no le dio el valor que se supone hasta hoy tiene la máscara, puesto que después siguió luchando con su propio nombre.

Jorge Lambros utilizó el mismo nombre de "la Maravilla Enmascarada", pero en él no prosperó el personaje. Jesús Velásquez, el "Murciélago Enmascarado" si fue el primer mexicano en utilizar una máscara y aterrorizar en las arenas con sus quirópteros dando realce y credibilidad a su personaje, tal vez de ese tiempo, el primer ángulo o "gimmick" bien esgrimido.

Ese mismo luchador fue el trágico verdugo de Merced Gómez, quien perdió un ojo a causa de una salvaje patada a "la filomena", y el mismo que escribió argumentos para las películas del Santo. A él se le atribuye también el primer combate máscara contra cabellera sostenido con Octavio Gaona, y éste último se quedó con la fúnebre capucha negra. En 1955 al Murciélago le fue retirada su licencia de luchador profesional de por vida.

Pero adelantándonos en el tiempo, ya la máscara causaba furor con el misterio de sus luchadores, sus lances y estilos encontrados. A ellos se les atribuían fuerzas y poderes especiales, una ola de misterios y rumores que enmarcaban las personalidades de cada uno. La magia comenzaba a tejerse. Son cientos o miles quizás los que han portado una máscara sobre el rostro, pero pocos, muy pocos se convirtieron en monstruos de leyenda.

LAS MÁSCARAS MÁS PRECIADAS DE LA HISTORIA

Entre estas ya sabe usted cual es la máxima. El Santo logró ser el ícono inamovible de relacionar la lucha libre a la máscara o viceversa. Pero entre ellas, hubo muchos que consiguieron por sus propios meritos hacer de ese complemento del vestuario, una prenda de valor incalculable, una joya deportiva del guerrero del ring. Asimismo, los medios de comunicación masiva le dieron esta atmósfera a cada personaje y se escribieron sobre ellos verdaderas historias fantásticas. Tal vez el hacedor mas importante de personajes enmascarados fue Valente Pérez, quien era director de la revista lucha libre y de su creativa imaginación surgieron a la luz infinidad de luchadores a quienes los idealizaba en ciertas características, los seleccionaba en un casting, les hacia la promoción a través de su revista y el día de su debut era prácticamente un hitazo con el público.

Estos son los nombres de tal vez, los luchadores enmascarados más conocidos de la historia, sin importar el orden cronológico de su aparición:

El Santo, Mil Máscaras, El Solitario, el Gladiador, los Espanto, Black Shadow, Blue Demon, el Ángel Blanco, los Gemelos Diablo, Huracán Ramírez, Dr. Wagner, Gallo Tapado, Dos Caras, Rayo de Jalisco, Dr. Karonte, Psicodélico,Villanos, Kung Fu, Tinieblas, Hermanos Muerte, Karis la Momia, Frankestein, Golden Terror, Halcón Negro, Fishman, The Red Mistery, Demonio Rojo, Bobby Lee, el Marquez, el Matemático, Fantomas, Médico Asesino, Torbellino Blanco, Neutrón, Dr. X, Dr. O'borman, Scorpio, Canek, Cien Caras, La Pantera Blanca, El Rebelde, Aníbal, Estrella Blanca, Águila Solitaria, Ultramán, Espectros, Dick Angelo, La Sombra Vengadora, Fantasma de la Quebrada, Septiembre Negro, Fuerza Guerrera, Sr. Tormenta, Sangre Fría, Chicano Power, Carta Brava, Bestia Magnífica, El Audaz, As Charro, Black Gordman, Sunny Ward Cloud, Faraón, Mazambulá, Octagón, Ángel Azteca, Máscara Sagrada, Kato Kung Lee, Solar, Metálicos, Súper Astro, el Supremo, Súper Muñeco, Súper Ratón, Fray Tormenta, el Enfermero, El Halcón, Gran Markus, Mano Negra, el Talismán, Lizmark, Atlantis, Rey Misterio, Blue Panther, entre otros que por alguna razón se me escapan de la mente.

Estos mencionados terminaron algunos jugándose las máscaras entre ellos o contra otros, contra cabelleras, el retiro, la muerte o el olvido los hizo desaparecer. Otros sobreviven al tiempo y la edad como Mil Máscaras y Tinieblas con más de 30 años de portar con orgullo y dignidad la incógnita. Sin embargo, la máscara siempre jugó un papel importante. Actualmente, las prendas que cubren la cara han perdido ese valor deportivo por múltiples circunstancias.

Los tribunales incluso han tenido que deliberar sobre la posesión legal del personaje y sus distintivos como los sonados casos desde el Huracán Ramírez, la Sombra Vengadora, Santo, Máscara Sagrada, Viper's, Psicosis, La Parka, entre otros. ¿Qué quiere decir esto? Que en realidad la máscara ya no es el motivo de la magia o de la controversia, es como lo fue en su inicio, solo un complemento del vestuario, pues los monstruos que dieron esa magia, ese poder a la careta, queramos o no, unos cayeron vencidos, otros nunca brillaron después de un tiempo y otros, se están muriendo ya.

Pero perder o conservar la máscara no es garantía del interés de un nuevo público, de una nueva generación de aficionados a la lucha comercial sobre todo televisada hasta en PPV. Se trata de un complejo mecanismo de actitudes y preparación escénica del personaje. Ese es el verdadero teatro de la lucha libre y no la acción de golpes falsos en una mala interpretación de un combate real. Pese a que se ha perdido el interés por las luchas de apuestas de máscaras y cabelleras, aún se hacen esfuerzos por mantener cautivo al público con una fórmula gastada que ya dio lo que tenia que dar: el misterio del rostro encubierto.

LAS NUEVAS MÁSCARAS

Desde la década de los 60's, los luchadores experimentaron otro tipo de atuendos e imágenes, subiendo al ring con hermosas mujeres, o lacayos extraños que azuzaban al aficionado en sus actuaciones. En EU, los maquillajes hicieron su aparición con éxito debido a la influencia cinematográfica de este país, pues el luchador empezó a tener el ángulo de "divo", representándose a si mismo en su deporte cuando luchaba. Las caras pintadas de color, sustituyeron a las sedas y telas metálicas de los mexicanos y japoneses. La actitud, el papel representado es hasta la fecha, una mejor máscara y hasta mejor aceptada en cuestiones de impacto comercial.

En los 80's esta moda empezó a tener sus primeros representantes en México, aunque estaban muy lejos de tener ese impacto del gimmick norteamericano. Ahora ya es común que si un luchador pierde la máscara, tiene como recurso inmediato maquillarse. Otros han utilizado ambas opciones al mismo tiempo de manera favorable. Pero esas prendas de las que hablamos no sustituirán nunca ni el talento ni mucho menos la subyugante personalidad que sólo pocos, muy pocos poseen.

LOS DESENMASCARADOS Y REENMASCARADOS

Muchos luchadores al perder la máscara optaron por seguir así el resto de su carrera, no así otros que al pasar un tiempo reglamentario de 3 años, pueden enmascararse de nuevo con otro personaje. Uno de estos es sin duda un ejemplo trágico-cómico del desgaste de la máscara. Andrés Solano, mejor conocido como Ray Richards, orizabeño de nacimiento, se enmascaró no menos de 5 ocasiones y siguió luchando por ahí con su propio nombre si no es que ya se hizo de otra capucha y alias. Algunos al no encontrar impacto con su personaje, cambiaron una y otra vez de nombre hasta que uno les dio un sello propio y en algunos casos el estrellato sin despojarse de la mascara y sin ser conocidos públicamente. El mismo Santo sabemos todos, que utilizó al menos cuatro si no es que mas nombres antes de ser el "Santo, enmascarado de plata". Inició sin máscara, y si alguien hubiera tenido mala leche entonces con él, lo hubiera descubierto tiempo después que consiguiera la fama y la fortuna, pero se día nunca llegó porque nadie se esperaba que ese joven se convirtiera en leyenda, vaya, ni el mismo.

El caso mas extraño en lo que entiendo de deporte, asuntos legales, fenómenos socio culturales y demás, veo al pequeño y volátil Rey Misterio Jr. nuevamente con el uniforme que le conocimos al principio de su carrera, pese a que su identidad es ya conocida. Oscar Gutiérrez Rubio, de 27 años, gracias a su talento se convirtió en el luchador México- americano con más proyección en los EU y en el mundo. Por negligencia de Lex Luger, entonces programador de la WCW y un contrato firmado de exclusividad, la tapa de los colibríes cayó sin ninguna gracia.

Luego de varias lesiones y con el éxito de la mano, el hijo pródigo de Tijuana consiguió la entrada a la empresa mas importante del mundo, la WWE. Como condición del convenio, se le pidió que utilizara de nuevo su antiguo uniforme con algunas variantes. ¿Porque razón fue esto?, muy sencillo: el público americano así lo conoció y la máscara para la afición sajona es como la de los superhéroes de los cómic's, que se puede quitar y poner y que solo ellos como espectadores estarán en complicidad con la identidad del que porta la capucha sin denunciarlo.

El luchador conocido como Hurricane en WWE tiene esta característica mas que obvia, inspirado en el personaje de DC Green Lantern. Esa es la magia de estas prendas ahora. Uno que pudo ser de ese modo era Tinieblas, sin embargo, la estatura deportiva y el concepto es posible que cayeran del gusto clásico de la lucha mexicana por el atraso de criterio nacional respecto a estos temas.

Lo que queda por decir de las mascaras, ya sobra, pues sabemos que las pocas que quedan con verdadero valor no caerán nunca mas que cuando sea la muerte quien desate los cordones y otras se quedaran en manos de alguien equivocado para gusto de la afición. Lo interesante de esto es ver si renace el valor de esta prenda mágica, impregnada de misterio y poder sobrenatural, una joya deportiva.

Leyendas del Ring








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