martes, 17 de julio de 2012

Evo Morales tuvo un fatal encuentro con Tataque Quisbert

El gigante Wálter Tataque Quisbert, el hombre más alto de Bolivia, tuvo un encuentro "cercano" con el presidente de Bolivia, Evo Morales Aima, durante una ceremonia de reconocimientos en el aniversario de La Paz.

Cuando nos enteramos que habíamos sido seleccionadas para entrevistar al señor Wálter Tataque Quisbert, con sus 2,25 metros de altura, nos preguntamos: “¿cuán grande será?, ¿cómo quedaremos a su lado?, ¿será bueno?, ¿cómo volteará a tres luchadores de una sola vez´?”.

Impacientes, nos dirigimos a su domicilio para hacerles éstas y otras preguntas. Cuando llegamos, nos abrió un niño que nos dirigió hasta el tercer piso. Nuestro corazón latía fuertemente´.

Ahí estaba él, esperándonos y nos saludó una por una. Nos temblaba la mano de la emoción. Entramos, nos sentamos y cuando íbamos a hacer la primera pregunta, él se adelantó y nos dijo:

¿La entrevista es exclusivamente deportiva?

Sí, contestamos apresuradas, y comenzó la aventura.

¿Es cierto que ganó el campeonato mundial de lucha libre?

Fui campeón del mundo en 1990, en la República de Panamá; como luchador, ése fue mi éxito más grande.

¿Cómo logró semejante hazaña?

Es algo que tenemos los bolivianos, ese cariño, ese corazón, esa decisión de ser alguien más. Allí en Panamá tuve que enfrentarme a luchadores de dos metros que pesaban 140 kilos. Agradezco a Dios por haberme hecho grande´ eso me ayudó mucho para ser un luchador.

¿Qué sintió ese momento?

Recibí el premio con la idea de siempre llegar a algo más alto. Aquí no le daban importancia a la lucha libre y gracias a mi estatura pude triunfar. Casi no iban bolivianos.

Nos enteramos por internet que tiene cuatro hijas. ¿Qué opinan ellas sobre su profesión?

Cuando a una persona lo quieren, lo adoran. Pienso que tienen que acoplarse a lo que el papá es. Mis hijas siempre me han dado fuerzas para ser algo más en la vida. Tratar de llegar a algo más.

Sabemos también que ha sido campeón de boxeo. ¿Es cierto que su carrera comenzó en Chile a los 15 años?

Me fui del país por cosas de la vida. Como era joven, medio alocado, medio rebelde, como siempre nos pasa, ¿no?

Entonces fui a Arica con una hermana y allí un entrenador de boxeo me vio y me dijo: “Oye muchacho, tú puedes ser un buen atleta”. Yo estaba en las nubes. “Ven al gimnasio, vas a entrenar boxeo”, me invitó. Fui y me encantó, como jovenzuelo que era. Allí me quedé ocho meses y hubo un campeonato de debutantes. Tuve dos peleas y fui campeón de los novatos.

¿Alguna vez tuvo otro sueño, hacer otra cosa de grande?

Siempre quise, desde niño, ser un gran atleta, un futbolista o sea el deporte lo llevaba en la sangre.

¿Qué sintió durante su primera pelea?

Estaba emocionado, nervioso. No sabía si iba a perder o ganar; eso sí: cada vez que tenía un nuevo encuentro iba perdiendo el miedo.

¿Cuál fue su peor lesión?

En cualquier deporte tenemos el riesgo de sufrir lesiones o heridas. Por ejemplo, cuando yo jugaba basquetbol me dieron un codazo que me afectó dos dientes.
¿Nos puede contar alguna anécdota?

Tengo muchas anécdotas. Por ejemplo con los mexicanos. Ellos te dan muy fuerte y con malicia. Una vez un luchador me dio un golpe muy fuerte, pero yo le di dos; hay que hacerse respetar en el ring.

Vi en una entrevista que trabajó como lustrador de zapatos, ¿es cierto?
(Ríe).

Opinión

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