domingo, 3 de abril de 2011

Vestidas con polleras: las Cholitas Luchadoras de Bolivia





En un viaje que hicimos hace poco a Bolivia, oímos hablar de un tipo de lucha libre femenina llamada “estilo Lucha Libre, Cholita”. La gente estaba fascinada con eso, así que cuando nos comentaron que se iba a celebrar un combate en El Alto, en lo alto de los Andes, a las afueras de la Paz, pillamos nuestras cámaras y nos metimos en un taxi. El taxista lo pasó bastante mal para llegar hasta allí a través de todos esas carreteras sin vida pero, finalmente, el olor a barbacoa y frijoles inundaron el aire y pudimos orientarnos. En una plaza al aire libre, equipos locales jugaban al fútbol y unos tipos con máscaras bastante raros regalaban caramelos a los niños, y todo el mundo parecía estar pasándoselo genial.

Llegamos al recinto del combate (el polideportivo de un colegio) justo cuando las Cholitas saltaron al ring. iIban vestidas con un atuendo tradicional de Aymara que consistía en faldas con muchos volantes (muy faralaes), bombines (moda indígena que se ha mantenido desde la época colonial), zapatos de plástico, trenzas hasta la cintura, joyas horteras de gran tamaño, maquillaje y chales bordados. Sus vestimentas daban un toque conmovedor a toda esta parafernalia sagrada tan sangrienta, y los del público animaban como locos.

Las Cholitas saltaron al ring para caldear un terreno que antes sólo pertenecía a los hombres. Primero salieron con unos enanos de lucha y gigantes sacados del freak show pero después se quedaron solas en el ring, de forma que todos esos superhéroes de torsos desnudos sólo formaron parte de la presentación. Gracias a las Cholitas, la popularidad de la lucha ha alcanzado cotas inimaginables en Bolivia. Descubrimos que un miembro del partido boliviano “Movimiento al Socialismo”, Roberto Rojas, había organizado el combate para recaudar fondos y financiar así su campaña electoral. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, contrataron a estas estrellas de la Lucha Libre para contagiar su entusiasmo entre los votantes. La verdad es que era innecesario ya que todo el barrio –de hecho, todo El Alto– ya apoyaban fervientemente a Evo Morales y al MAS, su partido socialista. Sin embargo, los asistentes iban a presenciar un gran show.

Vimos como las luchadores entraban y salían de los vestuarios, preparándose para el combate. Habían colocado una mesa y unas sillas de forma estratégica para sentar a los políticos. Juanita, que no mostraba mucho interés por las elecciones, la estrella de la noche, suspiraba, “Intentamos mantenernos neutrales en términos de política. Pero a nuestro manager le gusta Rojas”. La verdad es que no parecía importarle demasiado de donde saliera el dinero para pagarle por el combate. Nos dijo que, “los sombreros y la ropa valen mucho dinero. Me compré el sombrero por 700€. Como luchadora, ¡tiene que encantarte la fama y el dinero!

Un minuto más tarde, se apagaron las luces y el público comenzó a gritar mientras Juanita paseaba la bandera del MAS por el ring como si el estado de la nación dependiera única y exclusivamente de su violento carácter.

Fuente Vice

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