Las redes sociales siguen siendo un problema para las compañias de lucha libre, sobre todo para el cuidado y protección de sus principales líneas argumentales, asi como, en el caso de México, el cuidado y protección del misterio en la identidad de los luchadores.
La responsabilidad del correcto uso de las redes sociales recae enteramente en los luchadores, puesto que es díficil que en países con libertades a favor de la expresión las empresas pudieran prohibirle a los luchadores divulgar resultados, anticipar rivalidades, o bien, revelar su identidad -las prácticas más frecuentes-.
El más reciente caso de irresponsabilidad en el uso de dichos medios es el de la luchadora Sexy Star, quién en una actitud infantil y en aras de presumir un falso interés de la WWE hacia ella, difundio en su twitter una imágen de un anuncio vehicular. La imágen daba pie a la especulación, y de hecho lo hizo, acerca del posible destino de la luchadora a TNA o WWE, y no es para menos, pues la noticia de cualquier posible incorporación de un luchador mexicano a una empresa norteamercia es una de las notas que más seguimiento generan. ¿Qué esperaba Sexy Star con sus alardes? ¿presumir? ¿esperar que su foto no causara expectación y seguimiento? Seguramente no penso en las consecuencias, pensar no es una de sus virtudes.
¿Qué sucede despúes? El lógico seguimiento que habría de hacerse al sitio personal de la luchadora de parte de aficionados interesados en conocer cualquier avance y la imprudencia de la luchadora hicieron que poco a poco se dieran a conocer más detalles, fotografías de ella sin máscara incluidas. Invariablemente dichas fotos se dieron a conocer.
La incesante búsqueda de los aficionados los llevo a indagar en todas las redes sociales en donde Sexy Star esta suscrita, y fue asi como se dieron a conocer más fotos de la luchadora, que lógicamente fueron publicadas ¿hicieron mal los aficionados? ¿destaparon a alguien? no, la propia luchadora dio pie a su destape y no es la primera vez que sucede. Hace no mucho tiempo en una serie de reportajes documentados por la fotógrafa Claudia Wiens, la luchadora no solo dió a conocer su rostro, sino incluso su nombre.
Dulce María García Rivas, conocida en el medio luchístico como "Dulce Polly", personaje sin máscara, siendo por ello que cuando la esteta se enmascaro como "Sexy Star" había motivo para respetar su misterio, claro, a menos que la propia luchadora, tal y como es el caso, voluntariamente acepte destaparse una y otra vez, momento en que uno ya no se puede, ni debe respetar al misterio que la propia luchadora decidió no respetar. Hacer lo contrario sería jugar al tonto.
La imprudencia, vanidad y soberbia de la luchadora por buscar ser el foco de atención la llevo a autodestaparse, ha ponerse en evidencia, no solo en cuanto a su identidad sino en cuando a su credibilidad -otra vez- Puesto que algunos medios, Súper Luchas en concreto, ya indagaron y desmintieron todo interés de la WWE hacia la luchadora haciendo mención de que la mexicana simplemente se inscribio, previo pago de cuotas, a un campamento de entrenamiento de FCW. Fantochear fue su pecado, y en el pecado llevo la penitencia.
La responsabilidad del correcto uso de las redes sociales recae enteramente en los luchadores, puesto que es díficil que en países con libertades a favor de la expresión las empresas pudieran prohibirle a los luchadores divulgar resultados, anticipar rivalidades, o bien, revelar su identidad -las prácticas más frecuentes-.
El más reciente caso de irresponsabilidad en el uso de dichos medios es el de la luchadora Sexy Star, quién en una actitud infantil y en aras de presumir un falso interés de la WWE hacia ella, difundio en su twitter una imágen de un anuncio vehicular. La imágen daba pie a la especulación, y de hecho lo hizo, acerca del posible destino de la luchadora a TNA o WWE, y no es para menos, pues la noticia de cualquier posible incorporación de un luchador mexicano a una empresa norteamercia es una de las notas que más seguimiento generan. ¿Qué esperaba Sexy Star con sus alardes? ¿presumir? ¿esperar que su foto no causara expectación y seguimiento? Seguramente no penso en las consecuencias, pensar no es una de sus virtudes.
¿Qué sucede despúes? El lógico seguimiento que habría de hacerse al sitio personal de la luchadora de parte de aficionados interesados en conocer cualquier avance y la imprudencia de la luchadora hicieron que poco a poco se dieran a conocer más detalles, fotografías de ella sin máscara incluidas. Invariablemente dichas fotos se dieron a conocer.
La incesante búsqueda de los aficionados los llevo a indagar en todas las redes sociales en donde Sexy Star esta suscrita, y fue asi como se dieron a conocer más fotos de la luchadora, que lógicamente fueron publicadas ¿hicieron mal los aficionados? ¿destaparon a alguien? no, la propia luchadora dio pie a su destape y no es la primera vez que sucede. Hace no mucho tiempo en una serie de reportajes documentados por la fotógrafa Claudia Wiens, la luchadora no solo dió a conocer su rostro, sino incluso su nombre.
Dulce María García Rivas, conocida en el medio luchístico como "Dulce Polly", personaje sin máscara, siendo por ello que cuando la esteta se enmascaro como "Sexy Star" había motivo para respetar su misterio, claro, a menos que la propia luchadora, tal y como es el caso, voluntariamente acepte destaparse una y otra vez, momento en que uno ya no se puede, ni debe respetar al misterio que la propia luchadora decidió no respetar. Hacer lo contrario sería jugar al tonto.
La imprudencia, vanidad y soberbia de la luchadora por buscar ser el foco de atención la llevo a autodestaparse, ha ponerse en evidencia, no solo en cuanto a su identidad sino en cuando a su credibilidad -otra vez- Puesto que algunos medios, Súper Luchas en concreto, ya indagaron y desmintieron todo interés de la WWE hacia la luchadora haciendo mención de que la mexicana simplemente se inscribio, previo pago de cuotas, a un campamento de entrenamiento de FCW. Fantochear fue su pecado, y en el pecado llevo la penitencia.
Los luchadores debieran de ser más prudentes en el manejo de sus respectivas páginas personales, o por lo menos, hacerlas privadas y no públicas tal y como fue el caso de la fantoche Sexy Star.
CMML
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