jueves, 16 de julio de 2009

Atraen atención "cholitas luchadoras"

Los fines de semana, cuando el sol muerde el horizonte en Bolivia y se refracta en el nevado Illimani, las 'cholitas catchascanistas' deleitan al público con encuentros de lucha libre la arena más alta del mundo.

Vestidas de faldones, mantillas y sombrero hongo, las mujeres de rasgos amerindios visten su historia desde el ring de madera, instalado en este 'Tíbet' sudamericano, a poco más de cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar.

Ellas son altivas y visten con elegancia costosos trajes bordados a mano que con garbo llevan al ring, desde donde sus floridas vestimentas vuelan de la tercera cuerda hacia el piso y sirven en ocasiones de 'alfombras' del o la rival.La altivez de la cholita catchascanista 'Carmen Rojas' muerde el polvo momentos después de pasearse muy oronda cerca a las tribunas. Martha, 'La Alteña' la 'ubica' de un sillazo en la cabeza y la derrota en la jornada vespertina de lucha libre.

Su nombre real es Giovanna Silvia Huapañaco, una profesora técnica vocacional de 30 años, quien pierde los papeles cuando Martha, 'La Alteña' le pega con una silla metálica en la cabeza.

Grita, insulta, pero no logra variar la sentencia de los jueces.

Momentos antes, en una esquina del cuadrilátero, Martha 'La Alteña', pone la mano en el piso del tabladillo y se persigna antes de iniciar la lucha libre; luego se olvida de Dios y manda en varias oportunidades a la lona a 'Carmen Rojas'.

En el Coliseo Multifuncional 'Heriberto Gutiérrez' se realiza el espectáculo de catch-as-can (agárrate como puedas), una lucha libre estilo andino donde la población de sangre mixta o mestiza, de rasgos amerindios, viene a deleitarse.

'Este es el único caso de mujeres luchadoras de polleras en el mundo', afirma Carmen Rojas poco antes de que llorara su derrota y terminara cojeando por la paliza que le dio 'La Alteña', una ruda y rolliza mujer de tez blanca.

'En Bolivia hay mucho racismo, especialmente contra las señoras de pollera que son discriminadas. Nosotros somos cholas y en protesta por el maltrato vestimos la pollera y así salimos a luchar', comenta esta mujer. Leer texto original.

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